lunes, 21 de marzo de 2011

Choque frontal en una Conversación Educada


Tengo la rara sensación de sentirme observado. Y vuelvo a hacer una afirmación que alguna vez se hizo de cuerpo presente entre estas palabras, Si, estoy loco. Porque es como si ese que me estuviera viendo como desde lejos fuera yo mismo y no me reconociera. Creo recordar como flashes de una cámara fotográfica una lucha interna que alguna vez se produjo a un nivel sumamente peligroso para mí. Una lucha que termino y que comenzó de nuevo. Hoy esa lucha, imaginaria o no, destructiva o… es simplemente una conversación educada entre yo… y ese ser gris, esa sombra, yo.
Lo que era  bueno, lo que estaba bien, lo era porque era bueno, porque estaba bien (si, estuve leyendo mucho Platón últimamente) Y no entiendo porque tuve que enfrentar las cosas que de alguna manera me traían una completa (¿?) felicidad. Necesitaba un abrazo, contacto con alguien, ser querido y amado. Pero siempre erro en algo cuando estoy así, mi percepción se nubla y solo tengo vanas opiniones del mundo que me rodea.
Solo sé que los reencuentros son bueno, que uno se siente como nuevo al ver de nuevo a alguien que hace años no veía. Quizás me parezca raro haber conocido tanta gente en lo que va de mi vida. Y en esa misma distancia de tiempo haber perdido muchas otras y haberlas reencontrado con una facilidad mágica. Y quizás también me parezca raro que después de tanto derrapar y llorar por las esquinas (dramatización: O) me pose en los brazos de quizás una persona que no estaba en mis planes encontrarme.
Después de eso de mi boca solo sale un armonioso e irrevocable “La cague y mal”
Siento que se abre una brecha entre el ser heterosexual que alguna vez fui y el homosexual que hoy vive en mi cuerpo… pero nunca plantee la idea que uno u otro pueda volver a ser reemplazado. De alguna manera tampoco me lo planteo, pero tengo una lucha interna con un ser gris que alguna vez fui yo… un ser que está enojado porque fue ignorado mucho tiempo, por mí y por todos los demás. Porque no tenía protagonismo… y así es como con la primer oportunidad se abalanza sobre lo que creo fue un punto de flaqueza.
Estos dos entes chocan por un control que ninguno de los dos nunca tuvo. Un control que alguna vez pudieron apreciar por solo escasos segundos en ese éxtasis de placer, sexo. Este es el choque frontal en una conversación educada. Por qué el ser gris no es tan gris como parece y yo no tengo todas las soluciones pero lo intento. Y ninguno es el dueño y estamos seguros de que podemos convivir. Pero el gris heterosexual sabe que este no es su lugar, sabe que su lucha es en vano, sabe que quien gana… gana porque pertenece, gana por que es. 

Una conversación en una habitación herméticamente cerrada entre dos. Uno con rabia y el otro con seguridad. Y solo gana el que ve la luz.
Una conversación educada entre hermanos de la misma sangre, cuerpo y alma. Solo sale que derrame menos gotas de transpiración.
Un choque frontal entre dos que son uno. Un choque frontal entre yo y el espejo que tengo enfrente.
Ya no hay nadie más ahí.
Solo yo

2 comentarios:

  1. Lo mejor de la pelea con uno mismo es la reconciliación del después. Pero esa sensación de separarse en dos partes, o más, que no se entienden la viví y lo hace a uno sentirse esquizofrénico. Muy bueno!!

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  2. Y en ese choque frontal espero la unión, la fusión entre ambos seres. Porque vos sos ambas partes, y aunque uno gane sobre el otro, el otro sigue siendo parte de vos mismo. Entiendo lo de los reencuentros, lo de la gente que pasa por la vida de cada uno, y es bueno saber que todos cambian, que el tiempo limpia y lava y nos sorprende. Es la magia de vivir el saber que todo cambia constantemente, hasta aquello que nos hace a nosotros mismos.

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