domingo, 19 de diciembre de 2010

Siempre fui demasiado independiente, como si supiera que era lo único que en un futuro me iba a dar la cordura y el eje que necesitaba para vivir mi vida. Desde chico nunca pedí ayuda, siempre fui muy orgulloso. Mi familia siempre estuvo a mi lado de alguna manera, quizás eso fue lo que me proporciono esa confianza para hacer las cosas por mí mismo. En algún punto me demostraban cariño, pero siempre con un límite. Mas mi viejo que ahora tiene más de 90 años y siempre fue chapado a la antigua… yo siempre me pregunte que podía salir de una persona que se fue de su casa siendo adolescente y nunca más vio a su familia hasta que cada uno ellos estuviera en un cajón bajo tierra.
Salí yo. Quien  nunca tuvo un problema, quien no tiene una trágica historia de vida, quien siempre tuvo todo lo que quiso o se le pudo dar, ese chico que siempre tuvo dos caras. Seguro preludio de lo que se venía.
Siendo adolescente aleje a todos de mi lado, solo quienes se resistieron (y lo siguen haciendo) están a mi lado. Creía que nadie entendería que me pasaba (algo que seguro todos sienten en algún momento) me convertí en un ser que al no necesitar a nadie, tampoco necesitaba querer a nadie. No recuerdo en donde ahogue esa oscuridad, esa soledad.
En algún momento las cosas empezaron a cambiar y personas que pasaron por mi vida, por mi cama y hasta por mi corazón, como ráfagas… las hice desaparecer. O ellos se fueron? Aquellos a los que ame cuando me decía a mí mismo que los hombres eran solo para tener sexo, aquellas mujeres (bueno solo 2)a las que herí de seguro por mí actuar tan frio…porque no eras lo que quería. Aquella chica la cual recuerdo con tanto amor, la que me clavo una estaca en el corazón con esas palabras de despedida cuando yo me fui de su vida y no le di explicaciones. Si, había encontrado a alguien con quien por fin me había dado cuenta de que podía amar. Y él se fue.
Y después de eso la soledad…una que los amigos saben curar, esa que si no se trata te hunde. Y de nuevo el amor lo curo todo. Apareció en el momento en el que menos lo esperaba, cuando todo se derrumbaba, cuando todos se iban de mi vida y me dejaban solo. Fue cuando empecé a decirme a mí mismo que los sentimientos no vinieron de fábrica en mí. Que si era yo quien tenía que buscarlos, me saltee esa parte del contrato. Fue ese chico quien a los 17 años se enamoró pero no dejaba dejarse amar, y vivió una vida que no quería. Solo.
Fue el momento más oscuro. Fue cuando confeccione las murallas más altas y mis defensas estaban en alerta roja. Fue cuando decidí dejar de creer que en todo lo que a sentimientos respecta. Pero una persona, esa persona me demostró algo que nadie había hecho. Que contra viento y marea se podía pelear por alguien, seguir adelante y amarlo. Me lo demostró a mí…y se lo demostró al resto del mundo. Me tenía fe, a pesar de que todos le decían que yo no podía querer a alguien, a nadie.
Esas defensas siguieron por lo bajo y amenazaban con salir en cada problema que se presentaba. Y cuando todos se fueron a vivir sus respectivas vidas, yo no tenía una. Y cuando todos se dieron cuenta de su egoísmo y quisieron arreglarlo, ya era tarde. Ya había dejado todo eso atrás y solo volvieron a recordarme que no tengo sentimientos. A mostrarme que una persona así puede ser tan rencorosa y destructiva que puede amenazar al amor más profundo y que puede desvanecerlo. Así lo hizo.
Guarde tanto tiempo mis sentimientos que cuando salían se desbordaban… no quería odiar, pero si lo hacía… solo había lamentaciones después. No quería amar porque sabía que iba a salir herido…no quería demostrar que podía ser tocado, que podía llorar, reír y ser feliz o no. No podía, no quería demostrarlo.
Y hoy lamento no haberlo hecho. Estoy seguro que todo lo que paso no podía ser de otra manera. Pero si yo podría haber actuado diferente si no hubiera pensado solo en mí, si mi egoísmo no hubiera estado presente en todo momento, si no me hubiera convertido en alguien frio, manipulador. Alguien que no merecía ser amado, ni amar.
Ahora lo entiendo, en frio. Vi todo el mal que hice en venganza por todo el mal que los demás me hicieron o yo deje que me hagan o yo quise.
Hoy soy diferente. Nunca pedí perdón sinceramente… nunca me lamente por nada y nunca acepte ninguna consecuencia. Hoy sé que la vida son consecuencias y que ser sincero hace que de alguna manera u otra no tengamos que lamentarnos o pedir perdón por haber hecho las cosas mal.
Ya no quiero ser ese ente frio y manipulador.
Esa mierda.                                                                         
Ese yo que era
Ya no más.

5 comentarios:

  1. Tú mismo te lo dices...ya no quieres ser el que era...eso es un paso muy importante...reconocer los errores...seguro que ahora te irá mejor...y cómo yo digo...agua pasada no mueve molino...pero eso sí...tienes que saber que ese agua a pasado...un besote

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  2. Bueno, pero mira, creo que ahora ya estás en el buen camino... Efectivamente en pasado ya no se puede cambiar, pero lo importante es que lo analizas y te das cuenta de que algo fallaba. y es que lo que dices que nunca pediste ayuda a nadie es muy duro. Pues una persona que no pide ayuda tb. es muy probable que no la de.

    me hace gracia lo que dices de esa chica "la que me clavo una estaca en el corazón con esas palabras de despedida cuando yo me fui de su vida y no le di explicaciones". Pq claro, que querías? que te despidiera llorando y te pagara el billete, si tu te fuiste sin dar explicaciones ni nada, jaja No me extraña que te clavara una estaca (metáforicaq).


    Pero de todas formas tu post está muy bien para los que se desesperan. El amor vuelve a aparecer y cuando menos lo esperas, lo que pasa es que hay que aprender a ser generoso y entregarte un poco más a los demás. Y tú ya estás en el camino.

    Bezos.

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  3. Me identifico con bastantes cosas de las que dices y por lo mismo me atrevo a decirte que... si tienes sentimientos, incluso los mas frios, calculadores y manipuladores los tienen... por ultimo... creo que te entiendo...

    Un calido abrazo desde Mexico

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  4. hay veces que cuando nos hacen daño, nos tornamos en una cascara de acero y no dejamos salir nada, ni sentimientos ni aire, nene, ni aire, y me alegro que te dejes ahora amar, que te dejes ser feliz y que vuelvas a ver la vida como debe ser. Es cierto que el amor aparece en el momento más inesperado.

    Un beso cielo

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  5. Precioso texto, aunque un poco triste. Lo importante es que aprendiste una de las mejores lecciones de la vida. Yo, que nunca me sedujo la soledad, la vida me la dió a manos llenas. Y me la sigue dando. Quizás ahora que he aprendido tantas cosas de la soledad me llegue la compañía, no sé, pero estoy contento de haber aprendido muchas cosas.
    Gracias por compartir este texto tan personal. Una persona fría no podría haberlo hecho, por lo tanto, has cambiado.
    un abrazazo

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